El Real Fado
Está alojado en viejas instalaciones del Palacio de Belém. Estos fueron los establos en apoyo del palacio, incluso antes de que haya sido adquirida por la corona portuguesa a los cargos de Aveiras, donde no tenían su casa de la ciudad. Pero no era por ser destinado a los caballos que la demostración de riqueza era menor: La semejanza del picadero real (la parte antigua del museo de los coches, aún abierto al público en la esquina de esta calle), la riqueza de las instalaciones es bien visible en el sistema de arcos, en el suelo en losa de piedra, y en los techos trabajados. En la adaptación al restaurante el espacio tuvo transformaciones, para recuperar estos elementos, en parte maltratados en usos anteriores, poniendo a la vista todo el esplendor de época, y la riqueza de los Condes de Aveiras, y del período del apogeo que acogió con la epopeya de los descubrimientos.